Esta jornada de pesca ha sido muy especial para mí, hace tiempo que no se está cogiendo pescado a pesar de tener la sonda llena, en vez de limitarme a decir que el pescado no come, recabé toda la información del mundo para buscar soluciones.
Salí el viernes sobre la 7 de la tarde con mi amigo José, íbamos a echar la noche en el mar y volver sobre medio día a puerto. Enseguida nos dimos cuenta que el tema seguía igual, el pescado estaba duro, sólo conseguimos coger 15 caballas para toda la noche, por si fuera poco a las 8 y media había neblina y el cielo estaba oscuro, parecía de noche, estas condiciones me hizo cambiar el plan y pescar otra zona de pesca. La mar prometía menearnos, no me equivoqué, volvió a fallar el Windguru.
A pesar de los pesares yo seguía confiado, toda la información recabada indicaba que el pescado sólo come de noche y acerté, calamos cañas a las 9 y 35, en cuanto la primera caña cayó al agua el puntero se dobló, era corvina pero no se enganchó bien y se soltó, exactamente lo mismo ocurrió con la segunda caña.
En principio contento porque teníamos pescado comiendo debajo del barco pero el problema estaba en la poca cantidad de caballas vivas que teníamos.
Hasta las 2 de la madrugada estuvimos muy entretenidos subiendo alguna que otra corvina y maldiciendo a las que se escapaba, especialmente una grande que estuvo José peleando un buen rato pero que al final se escapó, seguro que todavía le dura el cabreo al amigo José.
Al final cuatro corvinas y una bonita dorada fue el botín, si tenemos en cuenta que al amanecer y hasta las 11 que volvimos a puerto nadie había cogido absolutamente nada y estaba toda la flota recreativa maldiciendo al pescado.
Esta jornada la damos por buena, se manejó muy bien la información que teníamos.
Hasta la próxima