Desde el primer momento el tema de conversación fue el fuerte viento, incluso nos hacía dudar del plan marcado que eran los 41 metros de profundidad.
Si en tierra hablábamos de viento fuerte, a medidas que tomábamos profundidad el viento del norte nos hizo cambiar lo de fuerte viento a tormenta perfecta, hubo un momento que parecía que llevaba en el barco a Mariano medina, no se hablaba de otra cosa que no fuera viento, borrascas, frentes fríos, etc.
Al final llegamos al sitio, pero después de tanto esfuerzo y no menos 30 millas en el cuerpo con mar gruesa, no sirvió para nada, ni una sola picada, lo único bueno fue que llegamos muy temprano a casa, ¿Triste verdad?
Pues no contento, hoy he salido con Luís Reales y el Niquelao, la historia muy parecida, 35 millas, fuerte viento y lo peor, ni una sola picada.
Más no se puede hacer.
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